2025
La Plaza Cataluña y la alegoría a Barcelona

La Plaza Cataluña es hoy el centro de la ciudad, pero su historia no deja de ser curiosa. Para entenderla un poco mejor hay que viajar al siglo XIX.
Las murallas y el Plan Cerdá
Durante la primera mitad del siglo XIX se plantea la necesidad de expansión de Barcelona que se encontraba encerrada entre sus muros de origen medieval.
Ante la industrialización y el fuerte crecimiento demográfico en una ciudad amurallada, en 1841 el ayuntamiento convoca un concurso de ideas para promocionar el desarrollo de la ciudad. La conclusión del ganador del concurso fue “abajo las murallas”, que promulgaba la demolición de los muros y la promoción de un crecimiento que tuviera como objetivos: la mejora de las condiciones de vida de los ciudadanos, y la coexistencia con un importante tejido industrial que ya se estaba dando en los municipios colindantes a la ciudad.
La idea tuvo muchos detractores, principalmente militares y políticos que preferían mantener la ciudad controlada, ya que se consideraba ciudad rebelde desde la guerra de sucesión, y plaza militar.
En 1858 se aprueba el Plan Cerdá, con oposición del ayuntamiento de Barcelona que no tuvo voz ni voto en la decisión.
La Plaça Catalunya
En el Plan Cerdá la Plaza Catalunya no existe. El nuevo ensanche conecta la mayoría de municipios colindantes a Barcelona y prevé una nueva plaza como centro de la ciudad, alejada del casco antiguo: la actual “Plaça de les Glòries”.
Así que durante años, el espacio que ocupa actualmente la plaza queda sin urbanizar, se había convertido en un centro de comunicaciones ferroviarias.
En 1854 se inaugura la estación de Martorell para la futura línea de Barcelona a Tarragona, donde llega en 1965. Su ubicación se situaría al pie de la rambla de Cataluña, sobre la Ronda Universitat y hasta la Gran Vía.
En 1863 se inaugura la línea de Sarrià a Barcelona. La estación se encontraba también en la plaza, muy cerca de la estación de Martorell, y se soterró en 1929. Actualmente se encuentra bajo el centro comercial El Triangle.
En 1882 se derruye la Estación de Martorell alegando que impedía la normal ejecución del plan del ensanche, pero el ayuntamiento no urbanizó el terreno, ni siquiera lo niveló, lo que convirtió la zona en un nido de suciedad y barro cuando llovía.
La plaza Cataluña era pues un descampado, con algunas intervenciones mínimas, como casetas de feria o unos escuetos jardines con una fuente, hasta que con motivo de la exposición internacional de 1929 en Montjuïc, se decidió urbanizarla de forma definitiva.
Fue inaugurada en 1927 por Alfonso XIII y se convocó un concurso para instalar esculturas. En 1929 se colocaron un total de 23 grupos escultóricos.Las esculturas y la alegoría a Barcelona
Entre los distintos autores encontramos a Eusebi Arnau o Josep Llimona, representantes del modernismo catalán, y a Frederic Marés o Pablo Gargallo.
La escultura objeto de este artículo es la alegoría de Barcelona de Frederic Marés. Se encuentra en la esquina del Passeig de Gràcia, frente al Apple Store de un lado y el Corte Inglés del otro.
A primera vista se trata de una mujer sentada de lado sobre un caballo sujetado por una figura masculina. Y podría ser solo eso si no nos fijáramos en los detalles que son los que la hacen tan interesante. El caballo es claramente un caballo de tiro, que representaría la fuerza del trabajo físico, el esfuerzo.
La mujer representaría a la ciudad construida sobre ese esfuerzo. Sujeta un barco, que viene a representar la vinculación de la ciudad con el mar mediterráneo.
Al otro lado, la figura masculina es Hermes, como se puede apreciar por su casco con alas, representante del comercio, y sujeta una rueda dentada como si se tratada de un disco, que representa la industria.
Evidentemente esto es una interpretación, subjetiva al fin y al cabo, cada observador puede hacer la suya propia.